La diferencia entre las personas que se agobian constantemente y las que viven más tranquilas se basa en un factor que, cuando lo conozcas, podrás manejar mejor para reducir tus niveles de estrés y ansiedad

Ese factor te lo explico en esta misma página, de manera que cuando acabes de leerla sabrás en qué enfocarte para reducir tu ansiedad de manera más eficaz.  

 

 

 

 

Cuando hablo con personas sobre la ansiedad que sienten, sé bien a qué se refieren. No solo la he visto y trabajado con mucha gente sino que yo mismo también la he sentido durante años.

 

 

Como suelo decir, la ansiedad es muy pegajosa. Una vez que se instala como compañera del día a día resulta complicado quitárnosla de encima.

 

 

Muchas veces empieza por un motivo concreto, una preocupación que gana intensidad. Poco a poco, la ansiedad que esa preocupación produce se va extendiendo a otros pensamientos como una mancha de vino tinto en el mantel. 

 

 

Para algunas personas la ansiedad lleva tanto tiempo siendo parte de su cotidianidad que no recuerdan una época de su vida en la que no la sintieran.

 

 

¿Y si a mis jefes no les gusta cómo trabajo? ¿Y si me despiden?

 

 

¿Qué pasará cuando mis padres sean muy mayores? ¿Y si no envejecen bien?

 

 

¿Y si suspendo el examen para el que llevo tanto tiempo preparándome?

 

 

¿Y si mi pareja decide que ya no quiere estar conmigo? 

 

 

Cuando nos sumergimos en la dinámica de la ansiedad, esta letanía de ¿y si…? resuena sin fin en nuestra mente.

 

 

Un ¿y si…? da paso a otro ¿y si…?

 

 

Una duda lleva a más dudas.

 

 

La mancha se extiende y nos podemos pasar horas dándole vueltas a estos pensamientos que nos hacen sentir incertidumbre, temor, incluso miedo. El estrés y la ansiedad se notan mucho a nivel físico: pueden provocar problemas gastrointestinales, una alta tensión muscular, dolores de cabeza, problemas para dormir…

 

 

¿Quién no se ha despertado en mitad de la noche por preocupaciones que no paran de dar vueltas en la cabeza? 

 

 

Tal vez uno de los efectos más molestos de la ansiedad es lo paralizante que puede llegar a ser. Hay problemas ante los que parece que no podemos hacer nada, que no tienen solución, o que al menos no tienen fácil arreglo. 

 

 

Les damos vueltas y vueltas y aun así no resolvemos nada. En todo caso, nuestros intentos de solución nos llevan a sentir solo un alivio temporal.

 

 

Que ocurra esto es totalmente normal.

 

 

La ansiedad nos mete en un bucle, en una especie de rueda de hámster que no es fácil de percibir a no ser que alguien te la señale y te diga cómo salir de ella. 

 

 

El factor que alimenta el estrés y la ansiedad está en nuestra mente

 

 

Cuando nos surge un problema importante o complejo es totalmente normal preocuparnos por él, darle vueltas y tratar de buscarle una solución. 

 

 

Las preocupaciones son naturales. 

 

 

Pero puede ocurrir que nos empecemos a preocupar en exceso

 

 

Que la ansiedad que sentimos sea demasiado intensa.

 

 

Que cuestiones cotidianas, como nuestro trabajo, nuestra salud, algunas situaciones familiares y, en definitiva, las cosas del día a día, nos mantengan en un bucle mental constante de preocupaciones.

 

 

Empezamos a anticipar posibles problemas, que pueden ocurrir o puede que no ocurran nunca, y sobredimensionamos los problemas actuales.

 

 

Si normalmente tienes muchas preocupaciones es probable que te recuerdes siendo así desde siempre. Como si preocuparte fuera parte de ti, de tu forma de ser. De tu naturaleza.

 

 

En realidad, darle tantas vueltas a las cosas es un hábito, algo que aprendemos a hacer. No nacemos preocupándonos, aprendemos a preocuparnos

 

 

¿Por qué aprendemos a preocuparnos?

 

 

Porque prestar atención a los problemas y preocuparnos por ellos nos ayuda a resolverlos. Pero cuando las preocupaciones no paran de dar vueltas en nuestra mente y nos provocan una ansiedad constante, dejan de ser útiles y se convierten en un problema en sí mismo.

 

 

Si te preocupas en exceso, por muchos esfuerzos que hagas para controlar la ansiedad, no puedes dejar de sentirla.

 

 

La buena noticia es que, si has aprendido a preocuparte, puedes aprender a dejar de preocuparte tanto.

 

 

Un buen primer paso es darte cuenta de cómo tus preocupaciones están condicionando tu vida, provocándote ansiedad y malestar. Haz una revisión de las últimas semanas y fíjate en cuántos momentos has sentido ansiedad.

 

 

¿Qué preocupaciones tenías en esos momentos?

 

 

¿Te compensa preocuparte tanto?

 

 

¿Tus preocupaciones te están ayudando a resolver problemas?

 

 

Hay momentos de preocupación que están totalmente justificados, claro. Una de las claves en el manejo de la ansiedad consiste en aprender a distinguir las preocupaciones útiles de las que no lo son.

 

 

Tienes que manejar las preocupaciones útiles de una manera distinta a las preocupaciones que son excesivas y que solo te hacen sentir ansiedad.

 

 

A las personas que vienen a consulta con ansiedad y que se preocupan demasiado por las cosas les enseño las estrategias que sirven para reducir esa ansiedad y bajarle las revoluciones a esas preocupaciones.

 

 

El objetivo no es que dejen de tener preocupaciones. Eso, además de imposible, sería poco deseable.

 

 

Lo que queremos es que esas preocupaciones no conlleven una ansiedad extra. Que las preocupaciones sean útiles, que sirvan para resolver problemas prácticos.

 

 

Conseguir esto requiere cierto esfuerzo y por eso he redactado una guía que explica las indicaciones que yo doy en las sesiones. 

 

 

La guía recoge las técnicas que hay que usar, cuándo hay que usarlas y cómo ponerlas en práctica. 

 

 

Paso a paso, de principio a fin. 

 

 

Incluye también ejemplos para comprender mejor la aplicación de cada técnica.

 

 

Cuando lees la guía, esto es lo que aprendes:

 

 

 

  • Cómo las preocupaciones pueden meterte en un bucle de ansiedad constante, y cómo salir de ese bucle de una vez por todas. 

 

 

 

  • El pequeño detalle que, si lo tienes en cuenta, te permitirá afrontar tu ansiedad de una manera mucho más eficaz (es un detalle tan importante para trabajar la ansiedad que aunque te lo explico en la página 17, te lo vuelvo a repetir en la página 51).

 

 

 

  • La importancia que tienen nuestros pensamientos para sentir más ansiedad o menos, como comprobaron los dos hermanos cuando se subieron juntos a la montaña rusa más grande del parque de atracciones.

 

 

 

  • Por qué creer que preocuparte es bueno es una mala estrategia que, además de basarse en una creencia falsa, solo te hace sentir más ansiedad. 

 

 

 

  • Por qué es mejor que aceptes que tener problemas es normal y qué predisposición mental te va a ayudar más a solucionarlos.

 

 

 

  • Las cuatro preguntas que te ahorrarán mucho tiempo para saber si una preocupación es realista o si es demasiado negativa. En caso de que sea demasiada negativa, qué puedes hacer para reenfocarla y que sea más realista.

 

 

 

  • Cómo resolvió Paula el estrés y las preocupaciones que le generaba su trabajo. El proceso que ella siguió sirve para cualquier situación en la que nos tengamos que enfrentar a un problema práctico.

 

 

 

  • Intentar razonar las preocupaciones conlleva un riesgo que puede llevar a sentir más ansiedad. La mayoría de la gente cae en él a pesar de que es fácil detectarlo con la indicación que te doy en las páginas 44 y 45. 

 

 

 

  • Las estrategias más eficaces para manejar las preocupaciones en función de si esas preocupaciones son útiles o si en realidad no sirven para nada más que para provocarte ansiedad. Si son útiles tienes que usar una estrategia (la explico en la sección 2 de la guía), pero si no son útiles hay dos técnicas que te ayudarán mucho más (las verás en detalle en las secciones 3 y 4).

 

 

 

  • Las situaciones en que sentir ansiedad sí que resulta útil (en las páginas 11 y 12 lo ilustro con el ejemplo de Irene).

 

 

 

  • El sistema que ayudó a Bernardo a superar su ansiedad a ir a fiestas, a cometer errores en el trabajo y a ser despedido, y cómo lo puedes utilizar si tienes varias preocupaciones simultáneas sobre diferentes temas.

 

 

 

  • Los errores de pensamiento que todo el mundo cometemos y que, si no los detectamos, hacen más potentes las preocupaciones. 

 

 

 

  • La diferencia entre la manera de preocuparse de Lucía y de Luis que influirá en que, de los dos, ella sea la que viva más tranquila a pesar de ser la que tiene más problemas reales.

 

 

 

  • El sutil error que están cometiendo las personas que tienden a preocuparse mucho y que normalmente solo descubren cuando acuden a psicoterapia. Al final de la página 19 lo he subrayado como concepto importante.

 

 

 

  • Cuáles son los pensamientos que alimentan tus preocupaciones y tu ansiedad, y cómo los puedes detectar y manejar.

 

 

 

  • Las situaciones con las que debes empezar a trabajar tu ansiedad si tienes preocupaciones variadas y no quieres agobiarte lidiando con ellas (pista: no son las situaciones que más te preocupan).

 

 

 

  • Qué es lo que hace que Macarena haya entrado en un bucle que le impide despegarse del teléfono cada día para asegurarse de que su familia está bien. Ese bucle se repite una y otra vez en las situaciones en las que no podemos parar de preocuparnos por algo.

 

 

 

  • Qué dos grandes creencias funcionan como cepos de ansiedad. Está bien que las revises para evitar volver a preocuparte en exceso en el futuro.

 

 

 

 

¿Ayuda esta guía a manejar cualquier tipo de preocupación, sea sobre el tema que sea?

 

 

 

Esta guía enseña las técnicas para manejar preocupaciones, independientemente de cuáles sean los temas concretos que te preocupan. Si tienes problemas prácticos en tu vida que te causan insomnio, esta guía te enseña a hacerles frente. Si tus preocupaciones son más bien anticipaciones de lo que podría ocurrir en un futuro, también sabrás qué debes hacer para que no te paralicen. Si tienes preocupaciones recurrentes, verás la manera de desactivarlas para que dejen de molestarte.

 

 

 

19€ (impuestos incluidos)

Pago seguro con tarjeta de crédito o PayPal.

Preguntas frecuentes

 

 

 

 

¿Cómo es la guía?

 

 

 

La guía es un documento en pdf de 61 páginas. Está maquetada para que la puedas leer cómodamente desde la pantalla de tu ordenador o de tu tablet.

 

 

 

Se divide en varias secciones (en cinco secciones, concretamente) para facilitarte la comprensión de todo lo que te explico en ella.

 

 

 

¿Es posible conseguir reducir mi ansiedad leyendo una guía?

 

 

 

Es posible, pero manejar la ansiedad de una manera efectiva requiere esfuerzo y constancia. Eso significa que tendrás que aplicar las técnicas que te describo en la guía en tu día a día para ver resultados reales. Manejar la ansiedad es más fácil si te voy diciendo cómo lo tienes que hacer paso a paso. Eso es lo que hago con esta guía: enseñarte cómo dar cada uno de los pasos de las técnicas que sirven para reducir la ansiedad que provocan las preocupaciones.

 

 

 

¿Qué personas le sacan más partido a esta guía?

 

 

 

Las personas que más partido pueden sacarle son las que han llegado al punto en el que se dan cuenta de que están sintiendo una ansiedad innecesaria y quieren hacer algo para reducirla. Esta guía no está pensada para que la leas y ya está, sino para que la estudies detenidamente, reflexiones, la vuelvas a leer las veces que necesites, tomes notas y pongas en práctica sus indicaciones. 

 

 

 

Por otro lado, si tienes una ansiedad muy elevada y angustiante puede que sea más indicado que en vez de comprar esta guía busques ayuda psicológica. Cuando la ansiedad es ya un gran problema, hacer un proceso personalizado de psicoterapia puede ser lo más efectivo.

 

 

 

En cualquier caso, no compres esta guía si tienes dudas. Valora antes si otras opciones distintas te pueden resultar más útiles.

 

 

 

¿Ofreces soporte para resolver dudas?

 

 

 

Ofrezco soporte por email para las dudas que te puedan surgir durante la lectura de la guía, pero ten en cuenta que las dudas tienen que ser concretas y siempre en relación al texto. 

 

 

 

Para usar el soporte podrás escribir a info@fusionpsicologia.com con el asunto “Soporte guía Maneja tus preocupaciones”. En tu mensaje, indica claramente la página concreta en la que te ha surgido la duda. 

 

 

 

Estos pasos son muy importantes para que pueda responderte.

 

 

 

Intento ser ágil respondiendo consultas pero calcula un margen de 24h-48h en días laborables. 

 

 

 

Este soporte no es para resolver dudas sobre problemas personales o pedir consejo que no tenga que ver con el contenido de la guía. 

 

 

 

¿Hay garantía de devolución?

 

 

 

No, no ofrezco reembolsos. Si tienes cualquier duda de que esta guía sea adecuada para ti, es mejor que no la compres. Hazlo solo si crees que le puedes sacar partido.

 

 

 

¿Cómo sé si es útil para mí?

 

 

 

Si te has suscrito a la newsletter y te has descargado la guía gratuita que doy como regalo de bienvenida, te habrás hecho una idea de cómo escribo y cómo explico las cosas.

 

 

 

Intento ser concreto y muy claro, y procuro dar pautas paso a paso para pasar a la acción. 

 

 

 

Esta guía está pensada para que puedas poner en práctica las pautas de manera independiente, sin necesidad de acudir a psicoterapia. Aunque también te pueden servir como complemento a una psicoterapia.

 

 

 

Puedes utilizarla con el objetivo que quieras: puede que la leas, te entretenga y te haga aprender alguna cosa nueva sobre psicología. Puede que quieras hacer un trabajo personal aplicando las pautas que te describo.

 

 

 

En este segundo caso, yo actuaría como un instructor: te digo qué puedes hacer, pero tienes que ser tú quien haga el ejercicio.

 

 

 

En definitiva, en función de la necesidad que tengas solo tú sabrás si esta guía te merece la pena.

  

 

 

 

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