Hoy en Bricomanía: cómo mover fronteras en unos pocos y cómodos pasos

Hoy en Bricomanía: cómo mover fronteras en unos pocos y cómodos pasos

 

Así podría titularse la anécdota que vengo a contar hoy, y que sirve de excelente ejemplo para aquellas personas que quieren aprender a manejar mejor sus emociones.

 

 

El protagonista es un agricultor del sur de Bélgica que, harto de tener un pedrusco en la zona de paso de uno de sus campos de cultivo, decidió subirse a su tractor y moverlo unos metros más allá.

Tan solo un par de metros, lo justo para que no molestara al paso.

Total, una piedra en un campo de cultivo solo es un estorbo.

 


Lo que tal vez no sabía el agricultor es que en realidad lo que estaba moviendo era la frontera entre Bélgica y Francia.

Porque esa piedra no era una piedra cualquiera.

Era la frontera entre los dos países tal y como había quedado acordada tras la derrota de Napoleón en Waterloo.

Me estoy imaginando la cara de sorpresa del agricultor al ver aparecer por allí a las cámaras de la televisión francesa y al alcalde de su pueblo apresurándose a declarar que volverían a poner la frontera en su sitio lo antes posible.

 

 

¿Conclusión número uno de esta historia?

Si tienes un campo y en él hay piedras, NO LAS MUEVAS. 

O al menos, asegúrate muy bien de que no estén marcando las lindes del terreno.

Una rama de mi familia es de Castilla y León y allí lo saben bien: mover lindes solo trae disgustos.

 

 

Pero hay una elegancia en el gesto de subirse al tractor para solucionar un estorbo que me lleva a la segunda conclusión.

A la conclusión útil para este blog (y en general para las personas que no tenemos campos de cultivo):

Si algo te molesta, busca la solución más práctica y sencilla posible.

Sobre todo si esa molestia proviene de emociones o de situaciones negativas que se repiten en bucle.

 


Un error frecuente que comete la gente es que se queda dándole vueltas a su malestar. 

Lo intentan analizar y comprender pero se paralizan con ese proceso.

Parálisis por análisis.

 

 

Cuando entramos en épocas en las que arrastramos emociones negativas tenemos que hacer lo contrario: buscar el cambio, intentar soluciones.

Pero claro, los problemas que tocan nuestras emociones no siempre son tan claros de ver como un pedrusco en un campo.

Y eso hace difícil decidir qué hacer.

 

 

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Manejar nuestros pensamientos y emociones no es tan complicado… si sabes cómo funcionan

PD: Si sirve de consuelo, los problemas emocionales nunca te meterán en conflictos diplomáticos con Francia. Eso es un gran alivio.

 

 

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